sábado, agosto 07, 2004

Rituales y Mitologías 3

La fiesta del silencio

Viejas casas construidas a lo largo del cauce de un antiguo río ahora seco. Cañada larga y profunda, en trechos el camino se hunde bajo tierra. De glorioso pasado de riqueza, hoy ciudad fantasma. Un día al año las personas de todos los horizontes del país enfilan su camino hacia ella. De una mañana a otra la ciudad se transforma, de ser la urbe olvidada se convierte en el gran centro de atracción. Ese gran día se puede ver gente jubilosa que ríe y corre por las calles, que se embriaga sin que importe lo demás, es un día de fiesta donde se permiten los excesos: hay música y la gente baila toda la noche, el frío no importa el calor de tanta gente hace que se olvide. Es la gran fiesta, la que todos esperan pacientemente año con año. Los que asisten se enfrentan a serios problemas para llegar, los caminos se atestan de peregrinos, y no hay lugar donde alojarse, aunque dicen, es lo de menos. Un día de total abandono, de conocer gente para después olvidarla. Concluido el festejo se ven las largas filas de aquellos que abandonan la ciudad. La peregrinación va de retorno. Es extraño ver personas en la calle al día siguiente de la fiesta. Es entonces cuando comienza la verdadera celebración, la fiesta del silencio. Las calles y los túneles se pueden caminar en una total soledad, se escucha nítidamente el viento al seguir la forma de los objetos, los pasos retumban en la rocas, y entonces, finalmente uno puede escuchar lo que su alma le dice.

No hay comentarios.: